Cuando el feminismo entra en la academia: La microeconomía neoclásica como teoría androcéntrica



El objetivo de este artículo es criticar las supuestas razones por la cual la teoría microeconómica neoclásica es androcéntrica. Esta idea ha sido esbozada en un paper de la socióloga Paula England. Cabe mencionar sin embargo que el intento de mostrar que England (1993) se equivoca no implican una defensa de la teoría microeconómica en sí, ni asume que esta no pueda ser criticada desde otras posturas, lo único que se sugiere es que las críticas desde el feminismo son como mínimo erróneas.

En los comienzos del paper se puede leer que la visión común de la mayoría de las feministas es que las mujeres están subordinadas al hombre en un grado moralmente equivocado e innecesario. Si con esto se quiere iniciar el análisis es menester señalar que es un supuesto discutible en las sociedades occidentales hoy en día debido a que no hay una relación de dominación hacia las mujeres sino que cada sexo tiene sus desventajas. En el final del paper se retoma esto y se concluye que los supuestos analizados imposibilitan ver cómo los arreglos convencionales perpetúan la subordinación de las mujeres hacia los hombres, esto es, no poca cosa.

England explica que se encontraron ciertos sesgos en otras ciencias, lo que ella llama el modelo del ‘yo separativo’ (separative self), el cual se contrapone con el ‘yo emocionalmente conectado con otros’, ella intenta mostrar que en la ciencia económica a través de ciertos supuestos se aplicó este modelo del ‘yo separativo’. Se analizan entonces 3 supuestos, explicaré la crítica de cada uno de los supuestos y a continuación expondré las contra críticas.

1) La imposibilidad de comparar las utilidades de los individuos.

Para aquellos que no están familiarizados con el término, en Economía se utiliza ‘utilidad’ como sinónimo de bienestar o satisfacción.
Se argumenta que dada la imposibilidad de comparar utilidades entre individuos ante una situación en la cual las mujeres estén en desventaja frente a los hombres, no se puede hablar de que estén peor en términos de utilidad que ellos. Este supuesto dice, nace de la idea del ‘yo separativo’ y nos niega la posibilidad de un ‘yo’ emocionalmente conectado, empático, etc.
La crítica cierra con una frase que creo es importante señalar ‘-[la imposibilidad de comparar utilidades] nos niega la base teórica para decir que existen arreglos que benefician más a los hombres que a las mujeres’.

2) Las preferencias exógenas (dadas) de los agentes antes de entrar al mercado.

Este supuesto implica que los agentes están en el mercado con las preferencias dadas, y estas no cambian a través del tiempo. El ejemplo que pone sobre las consecuencias negativas de este supuesto es la posible discriminación del mercado evitando que las mujeres entren en áreas de trabajo masculinas, esta discriminación podría cambiar las preferencias de las mujeres y hacer que estas terminen eligiendo otros trabajos, influyendo después en sus hijos y así en futuras generaciones perpetuando la brecha salarial. Como las preferencias están dadas no se podría decir que es por discriminación ni que sea posible cambiar esos gustos, perpetuando de esta manera los ingresos menores de las mujeres.

3) El egoísmo de los sujetos (independencia de sus funciones de utilidad). 

Las funciones de utilidad, en Economía, son relaciones que establecen que dado un input (bienes por ejemplo) se produce un output (utilidad), que sean independientes es que no existen dos funciones de utilidad U1 y U2 tal que U1 tenga como input U2.
En este punto argumenta que el supuesto encaja mejor en hombres que en mujeres y que además no da cuenta del posible altruismo que se da en el mercado entre hombres. Esto último viene al caso porque podría suceder que en el mismo trabajo haya altruismo dentro del mismo sexo (entre hombres) y este altruismo lleve a que se favorezcan mutuamente, excluyendo de los beneficios a las mujeres, por lo que de existir este altruismo dentro del mismo sexo que conlleve a la discriminación (discriminación favorable en hombres) no sería posible un análisis porque supuestamente los sujetos no pueden ser altruistas.

Las contra críticas

1) Este análisis, aunque forzado podría considerarse correcto, pero al mismo tiempo se tendría que considerar correcto otros tipos de análisis que podrían implicar otras posibles desventajas en la sociedad. Por ejemplo: 

Uno podría decir que la teoría microeconómica es racista ya que no nos permite comparar las utilidades de las personas de color con las personas blancas, y por lo tanto no hay bases teóricas para hablar de una menor cantidad de utilidad. Por otro lado, la teoría económica también es especista porque no nos permite comparar la utilidad de animales no humanos con la de animales humanos (y además tampoco nos sugiere que los animales no humanos puedan tener utilidad). Tampoco se nos permite comparar la utilidad de ricos y pobres (esto mismo es mencionado en el paper). ¡Por último, hasta paradójico se podría decir que la teoría económica también es misándrica! Ya que no se puede comparar la utilidad de los hombres (por ejemplo, de aquellos que van a guerras) con la de las mujeres que se quedan en casa.
Por lo tanto, la conclusión puede ser que,      si la teoría económica es androcentrista, también es racista, especista, clasista y hasta misándrica, todo al mismo tiempo. Esta posible conclusión, aunque en mi opinión incómoda tal vez sea aceptada, dado el caso entonces se podría hacer el absurdo más fuerte asumiendo cualquier posible desventaja y atribuirle una característica discriminatoria a la teoría por ignorar la posibilidad de reflejar esa desventaja.

2) Si la primera crítica parece forzada, las bases de esta segunda parecen hechas de cartón. Lo que fue dicho sobre el primer supuesto puede ser dicho sobre el segundo mutatis mutandis, por ejemplo, la teoría microeconómica sería misándrica ya que no admite la posibilidad de que los hombres empiecen a gustar de la guerra/violencia debido a las presiones culturales o discriminación explícita. Ahora bien, uno puede objetar que la relación entre violencia y el sexo masculino es algo que está dado en gran medida por un proceso evolutivo, ahora bien, el siguiente paso es que también hay indicios para pensar que la elección de campos de trabajos por parte de las mujeres también se da por razones más allá de la cultura o discriminación[i].

No se está afirmando sin embargo estas cosas, simplemente se está sugiriendo que de la misma forma que se utiliza el supuesto para criticar el androcentrismo de la teoría se puede criticar justamente lo contrario.

3) Esta última crítica hace énfasis en que el egoísmo se da más en hombre que en mujeres. Sin embargo, en la misma sección la autora afirma que el supuesto también es un problema porque no da cuenta del altruismo de los varones. La contra crítica puede ser similar a las 2 anteriores, el hecho de no permitir funciones de utilidad que incluya la de otros agentes también podría afectar a todo tipo de minorías. ¡Y como reconoce la misma autora, ignorar el altruismo de los hombres convierte a la teoría en misándrica!

Crítica ‘bonus’

Antes de llegar a las conclusiones, England hace una crítica Bonus con respecto al altruismo dentro de la familia, citando a Gary Becker muestra que se asume la existencia de benevolencia hacia parientes y lo critica por poner al hombre como altruista y a la mujer como beneficiaria. Por otro lado, también habla de que Becker ignora los problemas de la desigualdad de poder en las familias, ya que el hombre al ser proveedor también tendría más poder. Esto último es muy discutible debido a que, a la hora de utilizar el dinero del hogar, las mujeres suelen tener influencia en las decisiones de compra, obviamente esto varía dependiendo del tipo de bien[ii]. Por otro lado, también se ignora que al igual que existe cierto poder al ser el proveedor de recursos, esto mismo implica presión que puede acabar con problemas de estrés, depresión y hasta suicidio.[iii]

Problema principal y posibles soluciones a las 3 críticas:

Además del problema de admitir todo tipo de críticas (sexismo, racismo, clasismo, etc.) también surge el problema de criticar a un modelo por lo que no está buscando explicar o predecir, una crítica válida en este sentido es la de mostrar que el modelo no predice o explica ciertas situaciones y además proveer un modelo más general que explique y prediga más. La teoría microeconómica neoclásica tiene bases antiguas y los problemas de hoy en día precisan de teorías/modelos con diferentes supuestos o que tengan en cuenta diferentes variables. Una posible solución se encuentra en el mismo artículo cuando muestra que un modelo de Akerlof asume cierto altruismo en los empleadores y empleados (Akerlof 1982) y por mencionar otro caso, se puede ver en un trabajo posterior, que asumiendo ciertas actitudes como un sentido de justicia en el mercado laboral se puede explicar y predecir eventos que anteriormente no se podía (Akerlof 1988).

Conclusión

Como conclusión pienso que es adecuado afirmar que no es que la teoría microeconómica sea androcentrista o que, en palabras de England, ‘glorifican la autonomía del hombre afuera de la familia, mientras le dan el crédito por el altruismo dentro de la familia’ como si la teoría perjudicara específicamente a las mujeres mientras beneficia a los hombres. Modelizar de cierta manera no quiere decir que las cosas no deban ser de otra manera, ni mucho menos expresar juicios de valor como decir que está bien que sea de esa manera. Los modelos pueden ser incompletos o pueden ignorar variables, pero eso no quiere decir que sean androcéntrico, a menos que se me permita decir que la crítica de England es misándrica por ignorar los problemas de los hombres. Si existe una solución adecuada a modelos o teorías incompletas no está en que estas sean feministas o masculinistas sino en que, a partir de tomar en cuenta otra variables o ser más coherentes con la evidencia actual sean simplemente mejores.


Escrito por JD

Bibliografía:

England, P. (1993). The separative self: Androcentric bias in neoclassical assumptions. Beyond economic man: Feminist theory and economics, 37-53.
Akerlof, G. A. (1982). Labor contracts as partial gift exchange. The quarterly journal of economics, 97(4), 543-569.
Akerlof, G. A., & Yellen, J. L. (1988). Fairness and unemployment. The American Economic Review, 78(2), 44-49.







[i] Paul England en el paper dice que la afirmación sobre el origen biológico de las elecciones es muy cuestionable como una explicación completa, por lo que si se objetara contra el ejemplo lo de los hombres y la violencia por ser esta relación causada supuestamente por hechos evolutivos, se podría responder lo mismo que dice la autora, que esta como explicación completa es cuestionable.
[ii] Ver http://elfindelamisandria.blogspot.com.ar/2017/11/brecha-salarial-final-de-un-mito.html Y las referencias allí citadas. ‘Las mujeres tienen presión social que las lleva a quedarse en casa y eso termina disminuyendo sus ingresos, pero es importante señalar que si bien el ingreso es importante, existe repartición del mismo en los hogares y más allá de ganar el ingreso, el mayor bienestar viene a través del consumo de ese ingreso, en un estudio [43] sobre la toma de decisiones de las parejas de EEUU se entrevistaron 1260 parejas y se preguntó sobre quién tomaba decisiones en aspectos como: administración financiera del hogar, lo que se ve en televisión, grandes compra de bienes, etc.’
[iii] Ver artículo sobre brecha salarial citado anteriormente y las referencias allí citadas.

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