La tragedia de Claudio Ayuso

Claudio Ayuso, de 18 años, apareció muerto y con signos de haber sufrido una horrenda violación.

A veces me imagino lo que viven las víctimas de estos crímenes y no puedo sentir otra cosa no sea un amargo estremecimiento. Algún día recordaremos cuando este era un tema en el que las personas se dividían en base a sus arbitrarios sistemas de creencias.

Desde el feminismo lo han atribuido siempre a una cuestión de género, anclada en una supuesta inferioridad social de la mujer, y por lo tanto una "violencia estructural" como la que sufren los esclavos. Es por esto que, en su sistema de creencias, encuentran un justificativo moral para brindar su compasión de manera selectiva.

En mi caso personal, si me preguntan, es algo a lo que aún no puedo ofrecer respuestas que expliquen este fenómeno en particular e iluminen soluciones inmediatas. Al menos no de una manera intelectualmente seria basada en un estudio riguroso del tema. Sin embargo es evidente que estos crímenes son estadísticamente prevalentes en sociedades ya de por sí infectadas de violencia, por lo que la solución  más pragmática, al parecer, estaría en desarticular las raíces de toda la violencia en general que daña a hombres y mujeres.

Sé que los seguidores de esta página se sentirán tentados a encender la llama del tribalismo, y hablar de "las feminazis" soltándoles toda una verborrea de descalificaciones. Les pediré que no lo hagan. ¿Por qué? Créanme que no es que esté en ánimos de defender al Feminismo. Una cosa es defender la posibilidad de dialogar con quienes piensan distinto, y otra cosa es caer en el error de defender el estatus sagrado de ciertos movimientos sociales, como si debieran ser inmunes a la crítica. No pienso hacer algo así.

De hecho les pediré que no lo hagan por su propio bien. Quizás soy un tonto, pero creo que podemos elevar el nivel de la discusión más allá de las identidades de grupo. Quizás  podamos empezar a discutir sobre las raíces sistémicas de estas tragedias sin necesidad de convertirlo en una guerra moralista, con la compasión hacia todas las víctimas como marco fundamental de la discusión. Quién sabe, por ahí hasta logremos el objetivo más deseable que es el de vislumbrar soluciones prácticas a la violencia y reducir los números de estas aberraciones.

No creo que estando todos de acuerdo en todo y convirtiéndonos en tibios conformistas que a todo asienten siempre podamos llegar a algún lado. No sólo el debate, sino la confrontación directa de ideas, son procesos que llevan a la evolución de una sociedad. Sin embargo el excedernos y trazar una línea de fuego que nos separe del otro “bando” sólo ayudará a fragmentar y destruir una cohesión social mínimamente necesaria.

Tengo “fe” en ustedes, si así se puede decir (no me gusta mucho esa palabra). Sé que en cada persona que está leyendo esto está la posibilidad de no recurrir a los instintos inmediatos y establecer un debate constructivo. Espero que así sea.

Escrito por "Æ"

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